Opinión
Arriba las letras, abajo las armas
Por : Lcda. Lorena Ponguillo, docente y capacitadora educativa.
Ecuador vive una etapa en la que se ha perjudicado considerablemente a la población más vulnerable como son los niños; los estudiantes . Para nadie es noticia la crisis que se vive en el país, el alto índice de sicariatos, extorsiones y secuestros dan como resultado -aparte de las muertes violentas- la disminución de alumnos en el salón de clases .
Sus padres prefieren dejarlos en casa por temor a que sean víctimas de daño colateral de una guerra, que al parecer, no tiene fin donde ellos no tienen nada que ver. Son ellos los que deben pagar las consecuencias de quienes decidieron cambiar las letras por las armas, de estar encerrados en sus casas y no libres en sus escuelas.
En la actualidad la situación de la educación en Ecuador es dramática, el delito de sicariato se ha transformado en un evidente problema de tipo social. Esta actividad expone a niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad y en un blanco fácil para las bandas criminales .
A su edad ya pueden reconocer la diferencia entre una ráfaga de balas y los efectos sonoros de los juego pirotécnicos cuando deberían estar recibiendo en la escuela conocimientos para favorecer el desarrollo de su aprendizaje.
En Durán, específicamente donde se vive esta cruda realidad de manera tan desafiante, las escuelas regulares cada dia están más vacías, mientras que las escuelas de sicariato empiezan a llenarse de niños carentes de afecto y amor.
Con preguntas que nadie responde, con la paz que parece difícil volver a tener, sin alguien que pueda controlar esta crisis, un escritorio académico lleno de solicitudes para clases asistidas y los salones de clases vacíos pronto, las armas alcanzarán más poder que las letras .
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