Opinión
El alcalde telemático
Por: Johnny Alvarado Domínguez – Periodista
La delincuencia no da tregua en Durán. Cada semana el número de crímenes aumenta sin que las autoridades que tanto pregonaron en campaña tener la solución -al menos para amainar la violencia- logren hacer algo. La responsabilidad total es del gobierno del presidente Lasso, quien no cumple ni lo más mínimo que dijo en campaña. Repotenció patrulleros con más de 9 años de antigüedad y las imágenes que circulan en las redes sociales son nefastas. Muchos de ellos son empujados por policías, ciudadanos comunes y en algunos casos por los mismos aprendidos. El combate en las calles es disparejo no solo en la movilización sino también en la logística. La delincuencia está más apertrechada que la misma Policía; todo ante los ojos ineptos de Guillermo Lasso.
La delincuencia acecha en todo el país; sin embargo, Durán el cantón vecino de Guayaquil y que posee algo más de 300.000 habitantes es el más azotado por un hampa que acomete sin temor alguno. Hace 2 semanas el Gobierno Nacional dotó al cantón de 220 policías. El cabildo de la localidad garantizó el hospedaje de los uniformados. Pero ni esta medida, ni los operativos conjuntos con las Fuerzas Armadas han logrado mitigar la ola de robos y asesinatos que asola a Durán.
En la última reunión que mantuvo el ejecutivo con el alcalde Luis Chonillo; el gobernador de la provincia, Francesco Tabacchi aseguró que no hay funcionario que no haya sido amenazado en Durán y la prueba más contundente fue cuando el burgomaestre del cantón sufrió un atentado 24 horas luego de su posesión. De ahí que sus apariciones en público han sido contadas y que luego de la clandestinidad en que se mantuvo al menos 15 días después del atentado viaja resguardado por temor a otro ataque.
Ante la ayuda gubernamental y la ausencia de Chonillo -justificada o no- los delincuentes hacen de las suyas. La semana que acaba de concluir en menos de 12 horas se reportaron seis balaceras durante el domingo 16 de julio con un total de cinco fallecidos y al menos siete heridos. La reyerta entre bandas en tan solo tres semanas dejó como saldo 36 personas fallecidas de las 90 muertes violentas registradas en lo que va del 2023.
A la debacle de la seguridad súmele la situación de varios planteles fiscales en donde se han realizado pedidos formales al Ministerio de Educación para retornar a las clases virtuales por temor a los enfrentamientos entre bandas delincuenciales.
Pero más allá de la disputa territorial de los hampones que opera en Durán es necesaria la presencia de su alcalde, no solo por lo que implica su imagen en el manejo de la administración de una ciudad que fue descuidada en los periodos del PSC, sino porque representa a la autoridad del cantón en cada uno de sus rincones.
Desde que se postuló, Chonillo conocía lo agreste que significaba administrar a Durán. El poco presupuesto con el que contaba y hasta se atisbaba el abandono en que estaba sumida la urbe. Lo coherente y razonable -eso sí- adoptando todas las medidas de seguridad, es asistir a laborar con resguardo de la fuerza pública, mucho más si el alcalde está dispuesto a dar la cara a los problemas más complejos que tiene el cantón.
Sin embargo, el intento de asesinato que sufrió a mediados de mayo debe mantener a la fuerza pública prevalida ante cualquier ataque del hampa. Es deber del Estado dotar de seguridad a Chonillo para que haga lo que dijo en campaña. Trabajar de forma telemática es una opción emergente en momentos de apremio, pero bajo ningún concepto la alternativa más idónea para dirigir a una de las ciudades más conflictivas del país. Un alcalde virtual no funciona en donde se debe dar la cara a los problemas. Pero siempre con ayuda de la fuerza pública y poniendo al burgomaestre a buen recaudo. (O)
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