Nos quejamos en Durán y votamos en otra ciudad

El que es de Durán y vive en Durán por lógica también debe votar en Durán y de esta forma asumir la responsabilidad de tomar las riendas del destino y comenzar a cambiar la historia, la propia y la de muchos.

El pasado 14 de abril empezó el periodo de cambio de domicilio electoral del CNE con miras a las siguientes elecciones seccionales del 2023. La fecha límite para el cambio será hasta el 14 de mayo del 2022.

Durandeños en las calles y en las redes sociales expresan sus sentimientos de insatisfacción, rabia, preocupación, desconfianza e indiferencia en los políticos y en la situación social del cantón. Esto es algo muy normal y evidente, porque ante las injusticias y problemas que experimenta el ser humano, es natural reaccionar de esta forma.

Pero si sólo nos quedamos en la queja sin ser parte de la solución, nuestra aspiración de percibir un cambio auténtico en la ciudad no se verá reflejada. Un buen inicio es descubrir el valor que tiene nuestro voto, nuestro poder electoral, aprender a defenderlo y saber a quién darlo.

Quejarnos en Durán y votar en otra ciudad es permitir que los recursos que nos pertenecen para que existan obras se destinen a otros gobiernos municipales. Votar aquí es comenzar a apropiarse de una identidad, tomar una decisión valiente y vencer el miedo para decir «yo decido de qué forma quiero dejarle una mejor ciudad a mis hijos».

El que es de Durán y vive en Durán por lógica también debe votar en Durán y de esta forma asumir la responsabilidad de tomar las riendas del destino y comenzar a cambiar la historia, la propia y la de muchos.

No dejemos todo a última hora, ahora es el momento de mostrar nuestro aprecio a la ciudad que nos acoge y nos brinda oportunidades. Sabiendo el valor de nuestro voto y la necesidad de mejorar nuestras vidas eligiendo bien a quienes nos gobernarán, estamos realizando el gran acto heróico de cambiar la historia de Durán.