No me vengan con sus truquitos

Johnny Alvarado Domínguez- Periodista

Hace 5 años mi hijo más pequeño, cuando su hermano mayor lo quería distraer con algo, sin tapujos le respondía. A mí no me vengas con tus truquitos. La frase calza de forma directa; la campaña arranca hoy y los ánimos se caldean y se encenderán como una pira. Ya vendrán denuncias de unos a otros, dichos y entredichos, y hasta dimes y diretes entre candidatos, seguidores y oponentes electorales. En otras palabras, listos para la función de circo en donde todos blandearán como máximo trofeo el remoquete de la honestidad y la transparencia. En sí la campaña no inicia hoy y terminará el 2 de febrero como lo anunció el Consejo Nacional Electoral, la maquinaria propagandística está encendida desde hace 2 meses. Solo debe asomarse por la ventana y atisbará los rostros photoshopiados de los candidatos, impresos y pancartas colgadas de los postes, como si un elector decidiera su voto por las fotos que ponga un candidato. Lo de Susana González, quien aspirar a ser reelecta prefecta por el Guayas, bordeó la senda del narcisismo y el egocentrismo. No hubo poste del puente de la Unidad Nacional que se haya salvado de su foto. Eso sin contar las decenas de paredes que auspicia ´Sarmiento es pueblo´ en donde no solo aparece la Susy sino también la Cynthia Viteri, ambas como salvadoras de la provincia y Guayaquil.

Pero todo el movimiento electorero tiene una explicación lógica, el número de candidatos que se inscribieron. La cifra bordea los 32.000, según los propios datos del CNE. Un número aparentemente inverosímil, si tomamos en cuenta de que somos un país pequeño y subdesarrollado, pero quizás esto último es lo que -precisamente- nos hace caer en esa fanesca de candidatos.

Se aprecian tantos mensajes que prometen sacarnos de la pobreza, dotarnos de servicios básicos, darnos seguridad y otras dádivas como ofertan los socialcristianos o el sueño dorado del tren que propone Jimmy Jairala, sí el mismo Jimmy y el mismo Jairala que no pudo dragar el río durante los 2 periodos en que fue prefecto y que ha pasado de partido en partido y de líder en líder; sin saber él mismo, si es perro o es gato. Lo real y lo visible es que la campaña que inicia hoy y con diversos mensajes casi unísonos no logran conectar emocionalmente con el público. El que comunica primero se impone y ahí quienes van a la reelección llevan ventaja. Porque la inauguración de una obra comunica. Los relegados -con seguridad- serán aquellos que no cuentan con recuerdos, y sin dudas un gran grupo que solo lo hace por participar porque saben que sus posibilidades son reducidas.

Por suerte en diversos cantones y provincias los candidatos tendrán que debatir sobre sus propuestas y cómo autogestionarán los recursos para cumplir con sus ofertas de campaña. Lo malo de la regla es que los contendores de los debates se eligen por sorteos y no entre quienes tengan más posibilidades. Eso limita que los enfrentamientos se realicen entre quienes tengan más posibilidades de triunfo.

El panorama electoral siempre es el mismo. Candidatos ofreciendo más de la cuenta y lo que deben. Un amasijo de dádivas con las que buscan convencer al pueblo de que ellos son la mejor opción, lo que ignoran muchos candidatos es que el pueblo en algo maduró y que ya no se deja -al menos en gran medida- llevar por camisetas y gorras. Al parecer el pueblo le grita a los candidatos. ´No me vengan con sus truquitos´. (O)