La dualidad de Durán entre el agua y el polvo

Por: Abg. Fabricio Freire Gaibor, Mgs.

En medio de la polvareda que envuelve nuestras calles y la sequedad de nuestros grifos, los habitantes de la ciudadela Panorama, junto con los ciudadanos del cantón Durán, nos encontramos sumidos en un estado de indignación que clama por atención y acción por parte de las autoridades.

La falta de agua potable es una afrenta diaria que nos enfrenta a una realidad desoladora. ¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI aún tengamos que lidiar con la escasez de un recurso vital como el agua? Las promesas de mejorar el suministro han sido constantes, pero los resultados brillan por su ausencia. Nos vemos obligados a malgastar horas valiosas en busca de agua, mientras nuestras necesidades básicas son relegadas al olvido.

Pero la sequedad de nuestros grifos es solo la punta del iceberg en una serie de problemas que aquejan a nuestra comunidad. La polvareda que se levanta en nuestras calles es otro símbolo de la negligencia y la falta de atención hacia nuestras necesidades más básicas. ¿Acaso no merecemos caminar por calles pavimentadas, libres de polvo y obstáculos?

La ausencia de obra pública en nuestros barrios es una afrenta a nuestra dignidad como ciudadanos. ¿Dónde están las inversiones prometidas para mejorar nuestras condiciones de vida? ¿Dónde está el compromiso de las autoridades para brindarnos un entorno digno y seguro para nuestras familias?

Nosotros, los ciudadanos de Durán, no somos ciudadanos de segunda clase. Exigimos ser tratados con el respeto y la dignidad que merecemos. Exigimos soluciones reales y tangibles, no más discursos vacíos y promesas incumplidas. Es hora de que las autoridades dejen de mirar hacia otro lado y asuman su responsabilidad con el pueblo que los eligió.