Johnny Alvarado Domínguez – Periodista
El monólogo al que titularon ´Entrevista con el presidente´ y que se transmitió al país la noche del miércoles solo denotó una amena conversación entre dos viejos amigos, en donde prevalecieron gestos cordiales y una que otra pantomima para que el espectador crea que existen discrepancias entre ellos.
Lasso acusó a su entrevistador de insidioso y este lejos de bravuconear -como es costumbre en él- le daba la razón al mandatario y hasta le agradeció cada vez que lo corregía. Pero el asunto no viene de lo manido que resultó el coloquio, sino de los desaciertos que comete Lasso, cada vez que no tiene frente a él un teleprompter que le diga qué mismo debe decir.
Al común de los ecuatorianos no se lo debe abrumar con parafernalias estériles y datos estadísticos que no entiende, y que ni el propio presidente puede explicar con la sagacidad que -se sospecha- debe tener un banquero que tiene más de un año en el poder y que tuvo más de 12 como candidato recorriendo el Ecuador.
En la entrevista el Presidente aseguró que se han realizado más de 745 mil operativos y que se detuvieron a 20.000 personas en Guayaquil. La cifra es bastante abultada pero la ciudadanía juzga resultados. La ciudad puerto sigue siendo la urbe más conflictiva del país. Sobrepasa las 1.100 muertes violentas en el 2022, mientras la Policía Nacional sigue carente de vehículos, chalecos de protección y proyectiles.
A eso le sumamos los continuos ´lapsus brutus´ que tiene Lasso al momento de sumar y restar. Cuando se le increpó sobre la participación social de la mujer dijo que muchas de ellas en el país viven con 20 dólares diario y que podrían vivir con los 200 dólares que le representan al mes. Definitivamente las matemáticas no son su fuerte. Sin embargo, en geografía también se queda de año. Por incomodar a Vera, aseguró que el puente sobre el río Upano está en Zamora Chinchipe cuando en realidad se ubica en Morona Santiago. Todos estos detalles dejan en mal predicamento al mandatario.
Debe entender que más allá del lenguaje sencillo que requiere necesita conocer bien lo que trata de comunicar. Un Presidente que no es capaz de recibir cuestionamientos y que acusa a la prensa de querer arrinconarlo y que descalifica a quien lo entrevista diciendo «usted no sabe de administración pública», da cuenta de sus temores, aunque a renglón seguido argumentó que es defensor de la libertad de expresión.
Lasso habla de la cifra histórica que tiene el país en su reserva monetaria, mientras en las calles la ciudadanía no puede caminar en paz, ni en los hospitales existen las medicinas más básicas y los colegios y escuelas se caen en pedazos. Si sigue con la misma retórica ese conglomerado que lo eligió lo rechazará. Tener dinero en la reserva monetaria e insatisfechas las demandas más básicas del pueblo, es como un padre de familia que tiene ahorrado 20.000 dólares y sus hijos mueren de hambre, sin salud y educación.
Cada semana resulta agotador escuchar a Guillermo Lasso cometer errores que atemperar su credibilidad. Aunque en la entrevista tuvo como interlocutor a un cachiporrero del poder que lo avivó durante todo el monólogo, sus erratas de forma y fondo primaron. Para atenuar esas imprecisiones, horas antes de la entrevista se contrató a Andrés Seminario como Secretario de Comunicación. El problema en sí radica que no podrá comunicar sobre acciones que no realiza. Lo que está a la vista es el desempleo, la inseguridad, la falta de obra pública y otras falencias que no fueron abordadas. Todo hace prever que si no enmiendan los desatinos que cometen tirarán el culo al monte, como dijo en dos ocasiones el Presidente banquero ante la mirada de éxtasis y ovación de su acólito entrevistador. (O)