Gabriel Gallardo, la voz del teatro popular en Durán

El teatro popular es aquel que lo realiza el pueblo para el pueblo, es decir, crean y producen sus obras para mostrarlas en las diferentes parroquias o barrios con el fin de entretener.

Gabriel Gallardo, residente en Durán, quien por más de 20 años haciendo teatro no sólo en el cantón sino también en la ciudad de Guayaquil. Tiene un título de tercer nivel como Licenciado en Comunicación y una Maestría en estudios avanzados de teatro, lo que le ha permitido ejercer como docente en la Universidad Politécnica Salesiana de Guayaquil y como Director de teatro.

En el año 2000 nació el grupo de teatro popular denominado “Ensamble” conformado por el apostolado juvenil de la parroquia Porciúncula.

Algunas de sus primeras obras en Durán fueron: “El Tontanic”, obra que relataba acerca de las clases sociales de una manera sarcástica. Otra de sus obras emblemáticas fue “Magnicidio” la cual trataba sobre un dictador que hacía promesas falsas a un pueblo quienes padecían la escasez de agua potable. Hacía referencia a la problemática que existe en el cantón.

El grupo de teatro “Ensamble” realizó alrededor de 12 obras de tinte social. Recorrieron varios sectores de Durán como la Cooperativa Santa Rosa, Santa Marianita, Recreo y otros. Así lograron mantenerse por 6 años, aproximadamente.

“Una de las obras que más gustó a las personas fue “Caras vemos, choros no sabemos. Nos pedían que hiciéramos más teatro. Nos presentábamos en patios de iglesias, casas comunales de las parroquias que nos invitaban”, recordó Gallardo en una entrevista con EL FERRODIARIO.

En la actualidad Gallardo dirige obras de autores con el grupo de teatro Katharsis de la Universidad Politécnica Salesiana de Guayaquil. Además, ha formado parte de varias producciones nacionales entre las que se encuentran “Sí se puede” y la más reciente “Compañía 593”, interpretando el personaje de “Baby Boom”.

El objetivo de Gallardo siempre ha sido que el teatro sea la voz del pueblo. Sus obras lo han llevado a presentarse desde el patio de una iglesia hasta en los grandes escenarios como el Teatro Sánchez Aguilar.

“Era un joven soñador, pasar de presentarme junto al charco de lodo -que no es ofensa- y ahora ver hasta donde he logrado llegar con mis obras es gratificante. Quisiera que en mi cantón exista un interés verdadero por el arte. Ojalá pueda tener la oportunidad de conversar con el alcalde (electo) y proponer algo en la ciudad para los jóvenes porque el teatro crea pensamiento crítico y educa”, resaltó Gallardo.

Entre sus planes a futuro está revivir sus obras con el grupo “Ensamble” y que más jóvenes se sigan sumando y descubrir próximos talentos.